El puerto de las Señales, en el norte de la provincia de León, es uno de los más elevados de la cordillera cantábrica, un marco de belleza excepcional que custodia tesoros naturales sorprendentes. Uno de ellos es el Pinar de Lillo que, con una antigüedad estimada en 4.000 años, está catalogado entre los más importantes de la península ibérica por su magnífico estado de conservación, por su alto valor ecológico y por la gran variedad de flora, hongos y fauna.

En el corazón de este bosque nace el río Porma, iniciando así un camino hacia el sur en busca del otro gran río leonés, el Esla, al que entrega sus aguas.

En su discurrir va creando rincones mágicos en los que la vida salvaje se armoniza con la actividad humana de manera sostenible, vertebrando el extremo oeste del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre.