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Le damos la bienvenida al Centro del Lobo Ibérico de Castilla y León Félix Rodríguez de la Fuente.

Esta audioguía está dividida en pistas de audio con la información contenida en las diferentes estancias. El final de cada pista se marca mediante un sonido como el que escuchará a continuación, sencillo cuando cambia de información:

[MUESTRA DE SONIDO]

Y doble cuando cambia de espacio. [MUESTRA DE SONIDO] [MUESTRA DE SONIDO]

Tras la señal sonora, puede elegir pasar a la siguiente pista de audio.

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Al igual que en el resto de los centros de interpretación que se reparten por toda la comunidad de Castilla y León, es la puerta de acceso recomendada a estas áreas naturales. En este centro, los monitores le informarán sobre el lobo ibérico y le ayudarán a planificar su visita.

Se encuentra frente a la puerta de entrada del Centro del Lobo.

Aquí, se ofrece información sobre especies y hábitats emblemáticos para facilitar la identificación y valoración del patrimonio cultural y natural de estos lugares, de manera respetuosa y promoviendo así la conservación y aprecio por la biodiversidad y la herencia cultural.

El centro del Lobo Ibérico es una edificación singular integrada en el entorno y ecoeficiente que evoca antiguas construcciones pastoriles. Aquí se invita a realizar un viaje emocionante a la convivencia entre personas y lobos a través de sus espacios expositivos.

La construcción a base de piedra de la zona simula un "cortello o curro" de lobos, una trampa circular que se utilizaba tradicionalmente para capturar lobos.

El edificio se encuentra en un monte de utilidad pública de la Reserva Regional de Caza Sierra de la Culebra, en la localidad de Robledo de Sanabria, en el municipio de Puebla de Sanabria en Zamora.

Se encuentra en un espacio circular y diáfano, con el suelo liso, las paredes de piedra y el techo alto con lucernarios que permiten la entrada de luz del exterior. En el centro de la sala hay una estructura metálica circular que crea unos bancos donde puede sentarse. Los respaldos están coronados por siluetas de animales recortadas en la chapa.

A la entrada, en la derecha, se encuentra un cartel de 2 metros con la foto de dos lobos. En esa misma pared se encuentra la puerta de entrada a los aseos y unos metros adelante una vitrina expositora con recuerdos y el acceso a la rampa para entrar al vestíbulo de la recepción.

En la subida por la rampa hay unas siluetas de escenas de un lobo corriendo detrás de ciervos y corzos.

La rampa termina en un espacio cuadrado con la puerta de acceso a la derecha.

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Se encuentra en el vestíbulo de distribución de las salas expositivas del Centro. Según entra, a la izquierda está el mostrador de atención al público y la tienda verde para adquirir productos de la zona y recuerdos sobre el lobo ibérico.

En esta zona, se muestra el panel de distribución del edificio del lobo, así como de los recintos exteriores donde viven los lobos. En él se marcan con colores los observatorios, las charcas, la zona de cuarentena y la unidad de manejo y atención veterinaria. Con trazas se señalan las sendas que llevan a los observatorios para el avistamiento de lobos ibéricos en semilibertad: observatorios del Tenadón, la pasarela, Chiviteros y el Peñedo.

Un audiovisual muestra el parto de la loba Jara en el propio Centro del Lobo Ibérico de Castilla y León. En este parto nacieron 3 cachorros, número común para una camada primeriza. El audiovisual muestra cómo la loba se come la bolsa amniótica, un comportamiento natural e innato en estos animales.

El vídeo abarca imágenes desde el primer momento de contracciones de la loba hasta que los cachorros tienen un mes de vida.

Los lobeznos, al nacer, presentan tonos oscuros uniformes y el color pardo de los adultos lo conseguirán con 4 o 5 meses. Nacen con los ojos cerrados, las orejas pegadas a la cabeza y no son capaces de emitir sonidos, por eso el cuidado de la madre en los primeros días de vida es fundamental.

En la naturaleza, el resto de la manada ayudará a los cachorros trayendo alimento, jugando, enseñando a cazar y a seguir pistas de animales.

Al igual que los perros, tienen una comunicación muy rica y fácil de distinguir, combinando la posición del rabo y de las orejas, junto con ruidos, gestos, posiciones corporales y aullidos.

El aullido sirve para reforzar vínculos entre ellos y comunicarse dentro de la manada y para marcar territorio con otras.

Como curiosidad, ¿sabía que los lobos, al igual que los perros, entierran su comida cuando tienen demasiada hambre?

Desde aquí, se inicia la visita a las diferentes salas expositivas. Diríjase a la primera sala situada de frente y ligeramente a la izquierda de la recepción.

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Es una sala pintada de verde, sin ventanas e iluminada por luces en el techo. En el centro, hay dos bancos de madera sin respaldo y las paredes están repletas de textos con información y objetos en exposición.

La primera pared, a la derecha según entra, habla de la diversidad con un texto que reza: "Diversidad. De formas, materiales, razas y palabras. De trampas loberas que tratan de burlarlo. De perros que le hacen frente. De refugios que protegen a pastores y rebaños. De usos, cuando no había otro tipo de remedios".

El primer cartel, empezando desde la parte final de la pared, habla de usos medicinales que se les han dado a diferentes partes del lobo. En el siguiente, se ilustra la diversidad de construcciones de pastores en toda la península, como los chiviteros, las corralas y los chozos. El siguiente, de la diversidad de perros protectores de ganados de Europa, como el mastín. En el siguiente panel a la derecha, el más cercano a la entrada, se ilustra la diversidad de trampas antiguas que se usaban para cazar al lobo. La más destacable es la trampa de cabrita, cuya forma se ha adoptado para construir este Centro del Lobo.

Las trampas de cabritas son unas trampas pasivas que se construían en zonas de laderas, del tamaño de una plaza de toros. Las paredes son convergentes en el interior y en el exterior había unos pequeños saltos para que entraran los lobos. Una vez dentro, el animal no tenía posibilidad de escapar.

Se le dio este nombre a la trampa porque normalmente se metía dentro un cabrito como cebo para atraer a los lobos.

En la pared izquierda a la puerta, se hallan diferentes representaciones del lobo, grabados en piedra, como héroes o villanos de juguete y protagonistas de libros y películas.

En la siguiente pared, se exhiben instrumentos de pastoreo, garrotes y el chuzo, un arma para defenderse del lobo. A continuación, en una repisa, se muestran unas carrancas o carlancas, que son unos collares de pinchos que se les colocaban a los perros para protegerles el cuello de los lobos. En la repisa de abajo, unas hondas de cuero y esparto y un zumbador de encina leonés.

En la siguiente repisa, se muestra una figurilla de San Antón con un cerdito a su lado, virgencillas de pastor, colmillos de lobo en un amuleto y una estela en una pieza de pizarra. Curiosamente, en algunos lugares se colocaban huesos de lobo como badajos de los cencerros con carácter protector o se engastaban los colmillos en plata para proteger a los niños o curar la sordera.

En la repisa de abajo, se exhibe una trampa de madera de roble y metal, utilizada en la cornisa cantábrica, probablemente de origen medieval.

En las dos últimas repisas, elementos con sonido, como una carraca, una zambomba, unos cuernos, conchas y cencerros. Con todas estas, los pastores ahuyentaban a los lobos.

En la última pared, frente a la puerta de entrada, se representa al lobo como el mal y el diablo.

Se exponen dos fíbulas prerromanas, broches para sujetar la ropa; una tésera de hospitalidad del Castro de las Rabas; una copia del canecillo románico con cabeza de lobo; una réplica de misericordia del coro de la Catedral de Ciudad Rodrigo; cerámicas y una trompa de guerra celtíbera,

En esta misma pared, en una pantalla, se muestran imágenes de la costumbre pastoril y ganadera, de fiestas relacionadas con el lobo, mastines y trampas. Destaca también la fiesta de la mascarada ibérica, una mezcla de lo religioso y lo pagano, que se hace en los solsticios.

Dese la vuelta y salga de la sala de patrimonio material del lobo.

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Continúe la visita por el pasillo dejando la recepción a la derecha.

La puerta de su izquierda le daría paso a la sala de audiovisual equipada con sillas que permiten al visitante disfrutar del vídeo que se esté proyectando en cada momento.

Comience la visita con el mapa colocado en la pared izquierda para situarse. Sobre el mapa aparece marcado el Centro del Lobo Ibérico en Robledo de Sanabria, dentro de un espacio de color verde que representa la Reserva Regional de Caza Sierra de la Culebra, que recibe su nombre porque, desde el cielo, parece que serpentea como una culebra.

Se trata de un área de más de 67.000 hectáreas de superficie que destaca por un aspecto en particular: la presencia del lobo ibérico y por serla zona de toda Europa occidental con mayor densidad de lobos. Esta Reserva incluye 12 términos municipales y 41 núcleos de población.

Gracias a la labor de famosos investigadores, entre los que destacó Félix Rodríguez de la Fuente, se logró que al lobo se le dejase de considerar una alimaña y pasara a ser una especie cinegética, es decir, que se podía cazar de forma controlada, hasta la actualidad, en la que se ha prohibido su caza.

En este mapa queda ubicada la Sierra de la Culebra y la proximidad al Parque Natural del Lago de Sanabria y sierras Segundera y de Porto, y en Portugal, el parque de Montesinho (Montesiño).

Siguiendo el pasillo, en unos muestrarios se encuentran árboles típicos de la zona entre los que destacan el roble o el castaño, entre otros. Camuflado entre los árboles, se esconde algo que parece un árbol pero que no lo es. Son las cuernas de ciervos y corzos, que no se deben confundir con cuernos, ya que esta palabra se refiere a las prolongaciones ósea tienen toros, vacas y cabras. Las cuernas, formadas por calcio, se les caen cada año tanto a corzos como a ciervos durante el mes de marzo y principios de abril. Tras unos meses, les vuelve a crecer otra cuerna nueva totalmente.

Continúe el recorrido, se abre un pasillo a la izquierda que le dirige a una manta zamorana colocada en la pared de la derecha, que hace de entrada a la sala de patrimonio inmaterial.

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Tras la manta zamorana se accede a la sala de audiovisual donde se proyecta un vídeo de unos minutos donde varias personas hablan sobre el lobo. El vídeo titulado "Palabras en la noche, patrimonio inmaterial del lobo", simula un filandón, que era el momento en el que las familias se reunían alrededor de la hoguera para contar historias mientras hilaban.

La sala tiene forma de pentágono, con bancos de madera en las paredes izquierda y derecha según entra y uno más pequeño en el centro de la sala.

Salga de la sala girando a la izquierda hacia el pasillo.

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En esta zona se muestra una representación etnográfica de la Sierra de la Culebra: la capa parada que utilizaban los pastores para protegerse en el monte y un delantal típico con una rueca en un marco sobre la pared.

A continuación, sobre esta misma pared, sobre una mesa y en una estantería se encuentran utensilios de hierro de ganaderos, como un hacha, unas tijeras de esquilar, una herradura, la hoz y un botijo. En una segunda mesa, hay varias muestras de piedras típicas de la zona.

Continúe la visita hacia la siguiente sala girando a la izquierda. En la parte derecha, se encuentra el acceso a la sala del laboratorio.

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A mano derecha, comienza el laboratorio, una sala dedicada a conocimientos y gestión del lobo. Es un espacio romboidal, con paredes blancas, repletas de pósteres e información. El techo es alto y en él se abre un tragaluz que ilumina la sala.

En el centro del espacio hay una mesa de madera con una piel auténtica y cráneos de lobo ibérico.

Es un pelaje de invierno, que tiene una doble capa de pelo, que se caerá cuando empiece el calor. La capa superior de pelo grueso y graso se llama jarra y dificulta el paso del agua y lo protege. La borra es la capa de pelo más suave y lanosa que se encuentra debajo de la jarra, proporcionando calor y formando una capa térmica adicional.

La piel mide sobre un metro y medio de largo y exhibe un color pardo, caracterizada por franjas oscuras o negras en la parte frontal de las dos patas delanteras, una mancha oscura a lo largo de la cola y otra alrededor de la cruz, conocida como "silla de montar". El hocico presenta unas manchas blancas en los belfos denominadas "bigoteras".​

En la mesa también hay cuatro cráneos de lobo y otro de mastín. Aunque los cráneos de lobos y perros pueden parecer similares, existen características distintivas que permiten su identificación. Anímese a descubrir las diferencias, que incluyen arcadas cigomáticas más amplias, una cresta sagital más pronunciada, muelas carniceras de mayor tamaño y colmillos más largos y potentes.

A la derecha de la mesa, sobre una estantería, hay un esqueleto real de lobo.

En las paredes se muestran carteles con claves para conservar y coexistir con el lobo, cómo son, conocer y aceptar su existencia, prevenir los ataques y los encuentros y disfrutar del entorno sin alterarlo.

En la pared de la izquierda, sobre una mesa, hay un interactivo titulado "Lo que sabemos del lobo", que sintetiza toda la información de los paneles de la sala. Es un interactivo manual sin audio.

Detrás de la pantalla, en un panel de corcho, se muestran varios carteles con información sobre la vida del lobo.

El lobo suele vivir en manadas que raramente excede los 12 individuos. Esta variación está directamente relacionada con la disponibilidad de recursos, ya que, a mayor cantidad de recursos, la manada tiende a ser más grande. En la Sierra de la Culebra, se han identificado las manadas con la densidad de individuos más alta de toda la Península, debido a la abundancia y diversidad de recursos disponibles.

En cuanto a las dinámicas sociales, cada manada establece una jerarquía pronunciada en la que cada individuo ocupa un rango específico. Esta estructura está liderada por un macho y una hembra alfa, quienes forman la única pareja reproductora y representan un elemento de gran importancia dentro de la dinámica de la manada.

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El siguiente cartel se titula "El ciclo anual del lobo".

Los lobos son animales monoestrales, lo que significa que experimentan un solo periodo de celo al año, generalmente alrededor del mes de marzo. Antes de las cópulas, pasan por un periodo de precelo durante el cual se evidencian cambios en el comportamiento, como conductas de dominancia y marcaje, que refuerzan la jerarquía dentro de la manada. Después del celo y en caso de fecundación, el periodo de gestación es de aproximadamente 60 días, culminando en los partos a finales de mayo o principios de junio.

Otro panel habla sobre la conservación de los lobos.

En condiciones normales de libertad, el 40% de los lobos mueren antes de cumplir un año y si consiguen llegar a adultos, fallecerán con 5 o 6 años. En la Sierra de la Culebra, por sus buenas condiciones y conservación, pueden llegar hasta los 7 años.

En el último panel se habla de la evolución del lobo en la península.

Se estima que a principios del siglo XX en la península había unos 10.000 ejemplares de lobo repartidos por todo el territorio. En ese entonces, el lobo se consideraba como una alimaña y se crearon leyes que animaban a la población a matarlos ya fuera con veneno, trampas o en cacerías.

A partir de 1970, gracias a Félix Rodríguez de la Fuente, el lobo pasó de ser considerado una alimaña a ser una especie cinegética. En los 70, se estima que ya solo quedaban unos 300 lobos repartidos solo por la zona noroeste, lo que disminuyó la variedad genética.

A partir de los años 90 los lobos se repartieron en varios focos. En el del noroeste habitaban y habitan el lobo ibérico, cuyo nombre en latín es Canis lupus signatus, mientras que la parte de Los Pirineos habita la variedad de lobo itálica Canis lupus italicus.

La posibilidad de que el lobo ibérico y el lobo italiano entren en contacto es real y puede haber ocurrido en el pasado cuando las poblaciones de ambas subespecies eran estables. Estas subespecies son reproductivamente compatibles y pueden dar lugar a híbridos fértiles. En términos genéticos, el aumento de la variabilidad genética, se asocia con una mayor probabilidad de supervivencia. En última instancia, la naturaleza debe ser la impulsora de tales situaciones y la valoración de si sería positivo o negativo se centra en consideraciones genéticas.

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En la última mesa del laboratorio, alargada y de madera, se exhiben elementos utilizados en el estudio y observación del lobo ibérico.

Debido a su astucia, escurridizos comportamientos y el temor hacia los seres humanos, los lobos son extremadamente difíciles de encontrar en su entorno natural. Para detectar la presencia de lobos en una zona específica, se pueden emplear métodos no intrusivos que incluyen la identificación de restos de pelo, restos de presas consumidas, excrementos con pelo de las presas habituales de los lobos, excrementos con parásitos característicos, huellas, rascaduras, entre otros.

Cuando se llevan a cabo estudios científicos sobre la distribución territorial, la actividad diaria y otros aspectos de un individuo, se marca a un lobo con un collar de seguimiento. Estos collares, equipados con tecnología avanzada, permiten obtener datos fiables sin afectar significativamente la actividad del animal ni el medio ambiente. Los collares tienen una duración de batería predeterminada y, poco antes de agotarse, se desprenden automáticamente del cuello del animal, y continúa emitiendo señales para su recuperación y evitando convertirse en residuos ambientales.

También se utilizan cámaras de fototrampeo, que toman una foto cuando un lobo activa el sensor de movimiento al pasar delante y prismáticos.

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En la pared izquierda de la entrada a la sala se muestra un mapa con la evolución de los lobos en todo el mundo.

La familia de los cánidos, que incluye al lobo en la actualidad, se originó en Norteamérica hace aproximadamente 400 millones de años. A lo largo del tiempo, esta familia ha experimentado una diversificación que ha llevado al reconocimiento de su género y 35 especies, las cuales tienen una amplia distribución geográfica.

En cuanto al tamaño, la variación dentro de los cánidos es considerable, desde los pequeños zorros del desierto que pesan apenas 1 kg hasta los lobos árticos, que superan los 70 kg. Estos carnívoros son generalmente sociales y cazadores oportunistas especializados en la persecución de presas en espacios abiertos.

Ahora, salga del laboratorio.

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Continúe el recorrido por el pasillo hacia la izquierda. En esta primera pared hay unos expositores de un metro de altura con diferentes huellas de mamíferos que habitan en la Sierra de la Culebra como son corzos y ciervos y mustélidos como nutrias, tejones, martas, ardillas o gatos montés.

En la pared del fondo, hay varios paneles que relatan la relación del hombre con el lobo. En el centro del panel hay una pantalla donde se reproduce un vídeo sin sonido sobre la ganadería.

El conflicto del humano con el lobo siempre ha sido por el ataque al ganado. Los lobos son depredadores y su instinto natural los incita a cazar presas. Su dieta se compone principalmente de proteína animal, aunque a veces la complementan con vegetales.

Imagine a un grupo de lobos en el monte que sale a cazar y encuentra un grupo de ciervos. Al principio, se van a fijar y perseguir a animales jóvenes, enfermos o débiles, para ello, crean una serie de hormonas, como la adrenalina, que activa su cuerpo.

En monte abierto, el grupo de ciervos huirá y el lobo solo cazará a una presa, sin embargo, cuando un lobo consigue acceder a una zona con un rebaño de ovejas, esa energía que necesita para una presa silvestre no se consume y su instinto le hace seguir matando al rebaño de ovejas, que, además, no puede huir.

A partir del ataque a rebaños, surgen varios dilemas sobre la protección al ganado, el uso de vallas, el papel del pastor en el rebaño y el uso de perros protectores.

Al final del pasillo, a mano izquierda, se abre una sala cuadrada que es la sala sobre la ganadería.

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Al entrar, se encontrará en una sala cuadrada con tres bancos de madera sin respaldo en el centro.

La parte izquierda del panel, le enseña sobre los beneficios de la ganadería extensiva, tanto en la Sierra de la Culebra, como en todo el territorio.

Una de las ventajas de este tipo de ganadería es la limpieza de los montes, que ayuda a prevenir los incendios.

La ganadería extensiva contribuye a la conservación del medio ambiente al mantener la biodiversidad y la salud de los ecosistemas. Además, fomenta el desarrollo rural al proporcionar empleo y sostenimiento económico en áreas remotas. Desde el punto de vista del bienestar animal, este enfoque permite a los animales expresar comportamientos naturales y reduce el estrés.

A nivel medioambiental, la ganadería extensiva puede contribuir a la mitigación del cambio climático al favorecer pastizales saludables que secuestran carbono.

Sin embargo, es esencial destacar que estos beneficios dependen de prácticas de manejo sostenibles y consideraciones éticas hacia el bienestar animal y los impactos ambientales locales.

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Durante el recorrido, el sonido ambiente le situará en el día o en la noche. Los aullidos nocturnos del lobo indican que se aparecen a través de unas rendijas que hay en las cristaleras anejas a las salas de patrimonio inmaterial, del laboratorio y de la ganadería extensiva.

Con esta pista de audio, se da por terminada la visita a la Centro del Lobo Ibérico, donde ha podido conocer un poco más sobre la vida de este animal tan importante para el ecosistema y que ha sido tan perseguido durante la historia.

Gracias por su visita.