La magia vertical de la vía ferrata de Espeja de San Marcelino
En un territorio de transición entre los extensos pinares del norte soriano y la fértil vega del Duero, se extiende una tierra de sugerentes formas llenas de sorpresas.
En uno de sus rincones, donde ya los romanos explotaron las canteras de mármol, se asienta la acogedora aldea de Espeja de San Marcelino y en sus inmediaciones el suelo se resquebraja para dar paso a un escenario de cuento, una fractura rocosa por la que discurre la vía ferrata de la Pasarela de Espeja de San Marcelino, la primera de la provincia de Soria y una de las pioneras de Castilla y León.
Entre paredes verticales de caprichosas formas se abre paso la garganta en la que se han instalado todos los elementos de seguridad necesarios para la experiencia, poniendo a prueba la forma física y despertando la curiosidad para disfrutar de un rincón genuino, sin olvidar los deleites de observar la rica fauna que la habita hasta llegar al puente nepalí que da acceso al desfiladero de la Torca.