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Le damos la bienvenida a la Casa del Parque de Arribes del Duero "El torreón de Sobradillo".

Al igual que en el resto de las casas del parque que se reparten por toda la comunidad de Castilla y León, es la puerta de acceso recomendada a estas áreas naturales. En este centro de interpretación, las monitoras le informarán sobre el Espacio Natural y le ayudarán a organizar su visita a miradores, rutas, pueblos y demás puntos de interés.

La casa del Parque de Arribes del Duero "El Torreón de Sobradillo" está ubicada en el Torreón medieval del siglo XII. A la derecha hay adosado un edificio rectangular también de piedra, antiguo aljibe, donde se recogía el agua de lluvia para uso de los servicios del castillo.

La recepción a los visitantes se realiza en un edificio situado a la izquierda del Torreón, en la plaza del Castillo, frente a la rampa de acceso al Torreón.

Diríjase a este edificio para comenzar la visita.

Junto al mostrador de recepción encontrará La tienda Verde, donde puede adquirir productos locales y un recuerdo de la visita.

Saliendo al pasillo y a su mano izquierda, encontrará una puerta que da paso a la sala de Audiovisuales.

La visita comienza en esta sala multifuncional, donde se proyecta un audiovisual que recorre todo el espacio natural. Tome asiento y disfrute del vídeo. Tiene una duración de unos veinte minutos.

Para continuar la visita, salga del edificio y diríjase hasta el Torreón.

Si lo desea, nuestro personal de la recepción le ofrecerá información sobre el Parque Natural Arribes del Duero.

El espacio protegido Arribes del Duero fue declarado Parque Natural por España en el año 2002 y en 1998 por Portugal. El Parque cuenta con dos Casas del Parque, una en Sobradillo, Salamanca, ubicada en la Torre del Homenaje y otra en Fermoselle, Zamora, en el Convento de San Francisco.

La comarca de Arribes del Duero, ubicada en el oeste de Zamora y Salamanca, destaca por sus profundos cañones formados por el río Duero, que sirve de frontera con Portugal. Con casi 100 kilómetros de extensión, esta área ofrece un paisaje agreste de granito y una diversa flora y fauna.

El relieve de Arribes pertenece al Zócalo Paleozoico y está compuesto principalmente por granitos y granodioritas. Los ríos Duero, Huebra, Tormes, Camaces y Uces han esculpido el paisaje. En el cañón del río Uces se localiza una de las cascadas más bellas y espectaculares de toda la Península: el Pozo de los Humos, con una caída de agua de más de 50 metros.

Dentro de la comarca se encuentran localidades de interés como Fermoselle en Zamora y San Felices de los Gallegos en Salamanca, ambas declaradas Conjunto Histórico Artístico. Arribes del Duero alberga un rico patrimonio que incluye vestigios vetones como castros, tumbas antropomórficas, estelas, fuentes medievales, así como elementos relacionados con la vida agrícola y ganadera, como molinos, almazaras y chiviteros.

Sobradillo es frontera con Portugal a través del río Águeda. La localidad tiene raíces de poblamiento desde el Neolítico, pero su emplazamiento actual se debe a la repoblación realizada por los reyes leoneses en el siglo XII. La Orden del Temple gestionó la localidad, luego quedó bajo la Diócesis de Ciudad Rodrigo y fue gobernado por el conde Sancho y Beatriz de Portugal en el siglo XIV. Mantuvieron el Señorío de Sobradillo, con impuestos como el Noveno, hasta el siglo XIX. Con la división de España en 1833, Sobradillo se integró en la Región Leonesa.

En los últimos años, la población ha ido disminuyendo lentamente y en el 2022, la población censada era de 193 personas.

Una rampa le conducirá hasta la excavación del castillo frente al Torreón, que muestra las dependencias del antiguo castillo, construido en el siglo XII para proteger la frontera leonesa contra Portugal. En el siglo XV, la Torre del Homenaje fue completamente reformada, adoptando así su aspecto actual. En su estructura, se exhiben los escudos de los Rodríguez de Ledesma, añadiendo un toque distintivo a su historia y arquitectura.

Colóquese en la plataforma, de espaldas al Torreón. Frente a usted, se abre un pequeño patio de armas del siglo XVI y que no fue descubierto hasta hace unos 15 años, cuando se excavó el hormigón que lo cubría.

Actualmente, los restos de la muralla son los que enmarcan el propio recinto. A su izquierda, puede observar un antiguo aljibe, conocido como "El pozo de las monedas". Al fondo, están los restos de un granero que se comunicaba por las caballerizas de la derecha por una ventana. Delante de estas caballerizas, hay un pequeño almacén, y en la esquina del recinto, un cubo de defensa.

Las excavaciones solo han llegado hasta las casas de los vecinos, por lo que no se ha podido encontrar el final de la fortificación en la que se encuentra y no se conoce su tamaño real, aunque se sabe que fue pequeña. A pesar de su tamaño, tenía una gran importancia estratégica para Portugal al ser parte de la frontera directa, como se menciona en documentos militares portugueses. Su relevancia se destacó durante las guerras de secesión, sobre todo en 1668, cuando Portugal logró su independencia. Además, desempeñó un papel significativo en las guerras de sucesión que tuvieron lugar en la frontera hispanoportuguesa.

La fortaleza sufrió su última destrucción en 1707, siendo el propio pueblo de Sobradillo quien llevó a cabo la demolición para evitar que cayera en manos de Portugal. Durante la reconstrucción, se modificó la entrada, ubicándola en lo que antes era el acceso a los sótanos. La entrada original se encontraba en la primera planta y se accedía a ella a través de escaleras de madera.

La Torre del Homenaje es actualmente la Casa del Parque Natural Arribes del Duero.

Al entrar a la Casa del Parque, encontrará una sala con una escalera que le permitirá acceder a los niveles superiores. En esta sala también podrá encontrar carteles con fotografías e información sobre el Parque Natural, un mapa para orientarse y maquetas que le ayudarán a comprender mejor el entorno.

Si se dirige hacia la derecha, podrá visitar un acuario en el que se exhiben los peces que habitan en los ríos del Parque Natural, junto con información detallada sobre cada especie.

La Casa en la que se encuentra fue reconstruida por una escuela taller. El Ayuntamiento cedió el espacio a la Junta de Castilla y León para crear la Casa del Parque, y gracias a los trabajos de albañilería y carpintería realizados por los alumnos, se logró recuperar la estructura interior. Aunque los pisos se mantuvieron en su ubicación original, la escalera fue reubicada para mejorar el acceso a los niveles superiores.

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Sitúese frente a la maqueta del parque.

El Parque Natural de Arribes del Duero abarca una estrecha franja de más de 1000 kilómetros cuadrados a lo largo de la frontera occidental de Zamora y Salamanca, marcando el límite entre España y Portugal. Este territorio, con una topografía única, presenta contrastes notables entre la penillanura y los arribes formados por el encajonamiento del río Duero y sus afluentes.

La configuración geográfica de este espacio natural, con un valle encajado protegido de los vientos y con una gran exposición al sol, crea un microclima propicio para una amplia biodiversidad vegetal. Los imponentes cortados y roquedos, con desniveles de hasta 400 metros, brindan el hábitat principal para la fauna más destacada del parque: las aves.

La geomorfología es uno de los principales rasgos de esta zona. Se trata de una suave penillanura erosionada, que revela materiales paleozoicos graníticos con más de 350 millones de años de antigüedad. La acción erosiva de los ríos ha esculpido valles profundos con paredes escarpadas, conocidos como arribes, que se extienden a lo largo de casi 180 kilómetros.

El río Duero atraviesa el parque de norte a sur a lo largo de 100 kilómetros, sirviendo como frontera con Portugal y formando grandes cañones. Los afluentes como Esla, Tormes, Uces, Huebra, Camaces y Águeda contribuyen a la continuidad de este paisaje singular de arribes. Al sur, el río Águeda, que actúa como frontera con Portugal, cuenta con miradores como el Molinillo y el Torno. Más al sur, en San Felices de los Gallegos, el río Turón marca la frontera con Portugal.

Hacia el norte y oeste, el río Águeda se une al Duero en Vega Terrón, el punto más bajo del parque a 135 metros sobre el nivel del mar. Desde este punto, el Duero es navegable hasta su desembocadura.

Con aproximadamente 107.000 hectáreas en Zamora y Salamanca, el parque se extiende también a Portugal, abarcando en total más de 200.000 hectáreas de área protegida a lo largo del Duero y sus afluentes.

La existencia de cinco presas, dos en Salamanca y tres en Zamora, ha modificado el curso del Duero, evitando rápidos y cascadas pronunciadas. Estas presas son esenciales para controlar el caudal del río, aprovechando las zonas de fractura del Zócalo y erosionando las rocas metamórficas más blandas en comparación con las rocas graníticas.

Acérquese al acuario que se encuentra sobre el pedestal.

Aquí, puede descubrir unas maquetas a tamaño real de ciprínidos, conocidos comúnmente como carpas, que habitan los ríos del Parque. A la izquierda, destacan la bermejuela, la sarda, el calandino y el boga del Tajo; y a la derecha, el boga del Duero, la colmilleja y la colmilleja de Alagón.

Los ciprínidos son peces de agua dulce, que se caracterizan por su cuerpo alargado y comprimido lateralmente, con una boca terminal que cuenta con barbillones. Su coloración varía ampliamente, y pueden presentar patrones como escamas, manchas o rayas. Son peces omnívoros que se alimentan de plantas acuáticas, insectos, crustáceos y pequeños peces. La reproducción generalmente ocurre en primavera, con los huevos fertilizados adhiriéndose a la vegetación acuática.

Todas las especies que se muestran están muy amenazadas por la introducción de especies exóticas, así como las presas o la contaminación de las aguas.

Suba las escaleras. A medida que avanza, irá descubriendo el paisaje de los Arribes. En el segundo tramo, encontrará una maqueta de cernícalo en una hornacina en la pared.

El cernícalo, en comparación con otras rapaces, es relativamente pequeño, aunque supera en tamaño a la mayoría de las aves. Presenta unas alas largas de tono bermejo con manchas negras. Sus dimensiones oscilan entre 34 y 38 cm de la cabeza a la cola, con una envergadura de 70 a 80 centímetros en las alas. El peso promedio de un macho adulto es de alrededor de 150 gramos, mientras que la hembra alcanza aproximadamente los 190 gramos.

Una vez que llegue a la primera planta, estará en la sala principal de la torre. Aquí se representa la parte baja del río, con los cañones de Arribes y las cascadas, como la del Pozo de los Humos. Se han representado, también, los animales del parque: peces, una nutria entre las plantas de la ribera, una cigüeña negra sobre un saliente rocoso, un águila perdicera a la derecha, un buitre leonado a la izquierda y, colgado del techo, un alimoche en vuelo.

Arribes del Duero cuenta con una impresionante variedad animal que abarca todos los grupos de seres vivos, siendo los vertebrados los más estudiados con más de 300 especies identificadas. Entre las aves, que superan las 200 especies, sobresalen las grandes aves rupícolas, es decir, las que viven en formaciones rocosas como acantilados o cañones. Ejemplos muy importantes son la cigüeña negra y el águila perdicera, la rapaz más amenazada de Castilla y León, que encuentra en los arribes un refugio crucial. Otra especie importante es el avión roquero, que construyen sus nidos con barro en los cortados de los arribes, al igual que las golondrinas. Es un pájaro que mide alrededor de 14 cm de longitud. Su plumaje presenta partes superiores de color marrón ceniza y partes inferiores más claras, con una cola corta y cuadrada que exhibe manchas blancas distintivas.

Otras aves, en este caso necrófagas, como el alimoche cuentan con una de las poblaciones más destacadas de España en esta región. Además, en los farallones rocosos, se observa una población saludable de buitre leonado y águila real, así como la presencia de halcón peregrino y búho real.

En el ámbito de las aves esteparias, la alondra ricotí o alondra de dupont tiene aquí su núcleo reproductor más occidental de la península Ibérica. Esta especie está amenaza por los invernaderos, los parque eólicos y los nuevos cultivos de regadíos. Un estudio de 2005 estimó que había no más de 1300 parejas en toda España.

La intensa luz del sol contribuye a la presencia de reptiles, con más de 18 especies, destacando el lagarto ocelado, la lagartija colilarga y la culebra de escalera.

Destaca también la presencia de mamíferos como son la gineta, los jabalíes y los corzos. La riqueza y variedad de fauna hacen de Arribes del Duero un hábitat singular y significativo.

En los paneles, puede observar también el cambio que supuso la construcción de las presas, evitando así la subida río arriba de peces del mar y permitiendo la proliferación de deportes acuáticos. También se exhibe un estudio sobre la flora y la fauna de los ríos arribeños.

Junto a la cascada, puede encontrar la representación de una cueva con murciélagos protegida por un cristal, que recrea el ecosistema propio de estos mamíferos voladores tan abundantes en las grutas y túneles de Arribes. Se exhiben maquetas de murciélagos pegados a la pared y colgados del techo y se ofrece información sobre las 18 especies que se han descubierto en el Parque.

Los murciélagos poseen una curiosidad única en el reino animal: la ecolocación. La mayoría de las especies de murciélagos utilizan este sorprendente sistema para navegar y cazar en la oscuridad. Emiten ultrasonidos de alta frecuencia y, al escuchar los ecos de estos sonidos cuando rebotan en objetos, son capaces de mapear su entorno con una precisión asombrosa. Este sofisticado método les permite evitar obstáculos, detectar presas y hasta distinguir detalles tan finos como el contorno de un cabello humano. La ecolocación de los murciélagos destaca como una adaptación única y esencial que ha contribuido al éxito de estos animales en diversas ecologías alrededor del mundo.

Siga subiendo por la escalera hasta el descansillo de la entreplanta. Aquí, puede observar el enorme tiro de la chimenea, de boca redonda, que ocupa la mayor parte de la pared. Antiguamente, contaba con una gran campana, pero se eliminó para crear este descansillo.

En el rincón derecho, se encuentra la cabeza de San Pedro, y en el siguiente panel, puede encontrar información sobre el origen geológico de Arribes del Duero desde el mar de Tetis.

Suba hasta la segunda planta.

A medida que asciende, se recrea la subida por las laderas de los arribes con fotos de los ríos, situados entre 250 y 650 metros sobre el mar.

En la primera pared, a la izquierda, puede observar una pintura realista de una zona agreste de los arribes, con un alimoche volando sobre ellos. Delante del mural, encontrará una mesa con fotos e información sobre las laderas en las que se cultivan almendros, viñas y olivos.

En las paredes, puede encontrar unos bancos de piedra en el hueco de la ventana en los que puede descansar.

Un caballete sostiene diferentes cuadros de información sobre las peñas sagradas, ermitas, castros y estelas.

Se ofrece también información sobre la topografía cultural con nombres que forman un patrimonio transmitido de viva voz, como palambreras, fayales, picones, canaleas, resayos vagüeras, y colagas.

En esta planta destaca la vegetación y el paisaje de las laderas de Arribes, que se caracterizan por sus bosques y cultivos adaptados al clima mediterráneo. La protección del cañón y la baja altitud favorecen el desarrollo de estas laderas.

En estas áreas de diferente altitud, prosperan bosques de almeces, cornicabras, enebros, arces de Montpellier, madroños y chumberas, conformando bosques mediterráneos.

Hay que destacar que la mejor variedad de almez en toda la cuenca mediterránea se encuentra en la zona de Niza, ocupando una extensión de 4 kilómetros y medio.

El cultivo en las laderas se hacía en bancales, con naranjos en las zonas más bajas y olivos, viñedos y almendros en altitudes más elevadas, favorecidos por temperaturas más suaves. Mientras que la ladera portuguesa está totalmente cultivada hasta el río, en la ladera española, se observa la posible presencia pasada de bancales que fueron abandonados y colonizados por el bosque mediterráneo.

La región de Arribes destaca por la producción de aceite de oliva, con la variedad de aceituna denominada zorzal de Arribes, única en Ahigal de los Aceiteros y San Felices de los Gallegos. También, cabe mencionar la producción de vino con denominación de origen Arribes, elaborado con una uva tinta roja exclusiva de la zona. Además, subrayar la importancia del cultivo de almendras, que se exportan a Alicante, Valencia y Toledo para la elaboración de turrones y mazapanes.

El mural representa un meandro del río Huebra y lo coloca a usted en un castro en la cumbre opuesta. Estos castros eran una posición estratégica utilizada por los asentamientos bretones en Arribes, como este, donde el río Huebra lo defendía y únicamente había que proteger la entrada que estaba amurallada.

En la pantalla de televisión que se encuentra en esta sala, se explica la historia de la región desde la época medieval hasta nuestros días, mediante una representación de personajes representativos de este territorio.

Gire hacia la ventana. El poyete que lo preside es reflejo de que el torreón sirvió como residencia desde el siglo XV al XIX, además de tener una función defensiva.

Si mira por la ventana, puede observar el Sierro de la Horca donde se encuentra el Sagrado Corazón de Jesús, construido en la segunda mitad del siglo XVIII, está situado en uno de los puntos más elevados del pueblo, con una altitud de 696 metros sobre el nivel del mar. Al lugar se le conoce como el Sierro de la Horca porque históricamente se utilizaba para ejecutar a los condenados a pena de muerte por traición a su señor. A pesar de su sombría historia, desde este sitio lugar se puede disfrutar de una vista impresionante del pueblo y sus alrededores.

¿Sabía que cuentan que desde esta ventana el señor contemplaba cómo ejecutaban a los rebeldes?

Suba a la tercera planta, que está dedicada a la penillanura, una elevación en lo alto del Parque Natural que se sitúa entre los 450 y 750 metros sobre el nivel del mar.

Aquí, puede encontrar carteles con información sobre la penillanura. En esa misma pared, dos paneles adicionales forman el "Rincón de la Memoria" con fotografías en blanco y negro. Debajo de ellos, puede observar un comedero de animales tallado en un tronco. Si continúa, encontrará un mural que representa una cortina típica de la zona.

El terreno de estas penillanuras presenta una alternancia entre granito y otras rocas como cuarcita y de cuarzo. El uso predominante de estas penillanuras es la dehesa, dividida en minifundios con pequeñas parcelas llamadas cortinas, separadas por paredes de piedra. El paisaje está dominado por encinas, robles y alcornoques, con algunos fresnos en las zonas más frescas.

En la zona sur de la comarca, predominan las encinas, mientras que al subir hacia el norte se encuentran bosques de robles. En la zona zamorana se extienden grandes bosques de alcornoque que desempeñaron un papel crucial en la alimentación del ganado a través de las bellotas. También se cultivaban cereales, legumbres y patatas tanto para el consumo humano como para el de los animales. La disminución actual de la actividad agrícola influye en la presencia de conejos y perdices, que son componentes clave de la dieta del águila perdicera.

La realidad geológica de la comarca influye tanto en el paisaje natural y en la arquitectura popular, donde el granito es el material fundamental en las construcciones. Así, las cortinas, las paredes que dividen las parcelas, se construyen con piedra granítica, pizarra o cuarzo, dependiendo del material predominante en la zona. Estas estructuras no solo tienen funciones prácticas, sino que también actúan como fuentes de biodiversidad al proporcionar hábitats para diversas especies que cazan o anidan en ellas.

La ganadería ha sido y sigue siendo la base económica fundamental en la región, mientras que la agricultura, que solía ser esencial, se limita hoy en día a pequeñas explotaciones cerca de los pueblos.

El rico patrimonio histórico del parque refleja la influencia de diversas culturas a lo largo del tiempo, desde los celtas con sus numerosos castros, hasta la dominación romana evidente en calzadas y estelas funerarias. Las invasiones visigodas y musulmanas también dejaron su huella hasta la llegada de la cristiandad, destacando las ermitas e iglesias de los siglos X y XI bajo el Reino castellanoleonés.

La arquitectura popular, centrada en la piedra, juega un papel importante en este territorio, con viviendas que presentan distintas estructuras y fachadas, generando una variedad arquitectónica significativa.

También hay que destacar bancales o terrazas de cultivo, puentes, fuentes, pozos con cigüeñales y norias que aprovechan el agua que fluye de los ríos, así como los potros de herrar.

En la actualidad, la comarca está desarrollando un turismo de calidad vinculado a programas específicos de acción local, motivado en parte por la designación de esta zona como parque natural.

Suba a las almenas del Torreón

Desde las almenas, puede observar los campos que se extienden alrededor del pueblo. Si deja a su espalda la puerta de salida, divisará frente a usted la Serra de Estrela, que pertenece al país vecino.

En la pared que protege el adarve, encontrará fotografías e información de las tierras del Riba Coa y de Castelo Rodrigo, ambas, localidades portuguesas antagónicas de Sobradillo.

Bordee el tejado de tejas rojas y diríjase hacia la cara norte.

Desde aquí, se puede observar la confluencia del río Águeda con el Duero. En esta zona se encuentra el mirador Penedo Durao, ubicado en Portugal, que es el punto más alto del sur de los Arribes.

Si avanza hacia el este, encontrará una escaraguaita. Es una pequeña garita que está unida a la torre que se encuentra en la esquina.

Continúe hasta la cara sur. El punto más alto al frente es el Sierro de la Horca. También se puede apreciar La Espadaña, antiguo convento franciscano.

Esta zona era muy transitada por peregrinos que venían desde Almofán, atravesaban el río Águeda y continuaban por el sur hacia Sobradillo, San Felices de los Gallegos y Ciudad Rodrigo. Su destino final era el Monasterio de la Peña de Francia, en la Sierra de Salamanca.

Desde este lado sur, se puede ver el barrio judío de Sobradillo, muy pintoresco y compuesto por calles estrechas y abigarradas.

Con esta pista de audio, se da por terminada la visita. Si desea recibir más información, diríjase al mostrador de recepción o consulte a cualquiera de los trabajadores de la Casa del Parque.

Gracias por su visita.