En la comarca de Las Merindades, al norte de la provincia de Burgos, se abre paso el complejo kárstico más grande de la Península Ibérica y uno de los diez más extensos del mundo con sus casi cien kilómetros de longitud de galerías.

Este mundo subterráneo posee un gran interés desde el punto de vista morfológico, hidrológico, científico, histórico y didáctico, pues también en su interior se han encontrado santuarios prehistóricos y restos de sesenta y tres especies de invertebrados cavernícolas, siendo algunos exclusivos de estas cuevas.

Exteriormente el paisaje presenta las características formaciones calizas fácilmente erosionables, lo cual deriva en un escenario caprichoso en el que los ríos Guareña y Trema desaparecen en sumideros para continuar su labor escultórica de las cuevas y volver a brotar unos kilómetros más adelante.