Nacido en la Hispania romana en el seno de una familia de militares en 347 d.C. pronto se hizo un hueco junto a su padre, un general romano de alto rango, en el mundo de las armas. Tras la caída en desgracia de su padre, Teodosio el Viejo, regresa a Hispania, convertido en un brillante militar con importantes victorias a sus espaldas, pero alejado cada vez más del poder de Roma, que poco a poco se va debilitando. Es el emperador Graciano quien saca a Teodosio de su retiro y lo nombra co-augusto de Oriente en 379. Comienza bajo sus órdenes una importante transformación en la que traslada la corte a Constantinopla e impone, junto a Graciano primero y con su sucesor Valentiniano II después, una gran conversión de los ciudadanos romanos al cristianismo e inicia una dura represión contra el resto de religiones y ritos vigentes en la época, incluyendo la prohibición de los Juegos Olímpicos al considerarlos paganos, y dando paso a lo que se ha llamado el , una época de gran esplendor artístico con la construcción de templos y estatuas. Tras la muerte de Valentiniano, Teodosio se convierte en último Emperador único de todo el Imperio Romano hasta su muerte en 395 en Italia. En Coca (Segovia), su ciudad natal, un busto recuerda la figura de este gran militar y político, el último también de los tres emperadores de origen hispano después de Trajano y Adriano.